Diario de Viaje









Sin calma el fuego quemaba el campo seco, las llamas hacían líneas de calor intenso, en cuanto la micro marchaba rápido por la autopista. Esa visión ya daba un ejemplo de cómo seria los días siguientes, marcados por calurosas emociones y por las vivencias que cruzarían nuestro camino.




La mañana despertó a cada uno en otra parte, nuestro movimiento inmóvil nos dejaba cada vez más cerca de nuestro destino(o quizás más lejos).


El mundo está lleno de Impenetrables, cada uno con sus propias características







Andrés veía cómo se resuelve nuestra situación. En frías había llovido y no podían venir a buscarnos porque el camino era intransitable.




La música descollaba por su intensidad y mística. Tenía guitarra, bongo, pezuñas, maracas, gritos, alaridos y mucho repertorio.

Y ni hablar si lo comparamos con nuestro futbol de altísima buena voluntad pero sin magia; el más mágico de nosotros perdió su tobillo en una gambeta impresionante en donde burlo en dos movimientos su propia estabilidad, dejando en el camino su único adversario, el mismo.



Hoy llego la gente de valdocco con unas pizzas y las camionetas para ir a frías. Ahora es tiempo de laburar, todos nuestros corazones están espectando lo que vendrá. ¡¡¡VIVA LA VIDA!!!



La camioneta fue una gran fiesta, el rafa con sus locuras y su todo lo hago bailando. Pablin  de fonola humana y las congas que, en manos expertas y no tanto, no dejaban de sonar. Aquí se gestó el nacimiento del cuyul, alimaña  de la cual tendremos noticias repetidas veces.





Incluso perdidos en el medio del impenetrable y hasta con el micro clavado en el barro seguimos en un juego que rozaba la falta de noción de los posibles peligros a los que nos enfrentábamos. Una gran confianza interna diría Jorgito.







En valdocco nos esperan, y nos esperan con ganas. Describir la sensación interna de un concierto de 600 manos golpeando entre si para aplaudir a estos humildes servidores no es de algún modo posible. Cada uno guardara en su corazón ese instante mágico que se hizo razón harto suficiente para estar acá.






…que el polvo, que marca este lugar impenetrable, no pueda cambiar y ocultar las formas de esas personas que conocí, y que mismo oprimidas por todas las intemperies sociales y geográficas, siguen fuertes haciendo resistencia, siendo impenetrables y siendo luchadores



Allá nada y todo. Lo poco y lo mucho. Bajo ningún aspecto me animaría a pensar esto como esa imagen marketinera y morbosa del negrito descalzo en medio del barro. Acá hay vida y la hay en abundancia. Ahora bien, si alguien cree que la vida es eso que se hace en la ciudad, pues bueno, baje de Internet esa foto y no lea más este diario. Acá el vacío no es falta, es espacio dispuesto a ser llenado.



Vilma es la enfermera del puesto sanitario que nos recibe con afecto. Recorrimos el paraje mientras hablábamos de las cosas de acá. Los mismos problemas que en todos lados, con diferencia de nombre y de precio por supuesto.


... Viajando fui conociendo a las personas y viendo cómo eran buenas y verdaderas sus intenciones.




…fue un gran día de integración tanto con la comunidad, como entre nosotros







En la salita, un precario cuadrado dividido en dos habitaciones, hay gente que vino a atenderse. Hay una forma extraña en esta atención de pacientes. Al contrario de lo que conocemos acá la demanda la pone el médico. Los pacientes van al centro no cuando están enfermos sino cuando hay médico. La historia clínica diría,MOTIVO DE CONSULTA: el hecho de que este acá.









Estar, To be. No es lo mismo ser que estar. La presencia de cada uno de nosotros abre una puerta. Si no estuviéramos ahí faltaría un elemento. Nuestra sola presencia modifica el experimento según nuestro ser que trae con ello una forma de estar. Principio de incertidumbre.


Estamos como médicos, pero no somos médicos. No hay ningún papel que diga que lo somos, ejercemos ilegalmente, irresponsablemente. Los médicos vierten medicamentos que conocen poco, para enfermedades que conocen aún menos, en humanos de los que no saben absolutamente nada.


Estamos ahí, somos lo que hay. Un oído, unas manos inexpertas, una voz titubeante. Hicimos lo que podíamos con lo que teníamos. Política. Fuimos ilegales, irresponsables, valientes y arrojados. Fuimos políticos. SOMOS MEDICOS.


A 15 Km. nos esperan en una casa que también es almacén. Estaban todos ahí sentados porque venía el médico. Pusieron lo mejor que tenían. Una choza con 2 catres oficiaba de consultorio y nosotros hacíamos de impotentes. Tres jóvenes que nada sabemos de nada intentando traer algo que no sabemos que es, salud.

Por el camino pude observar el tipo de terreno que hace el impenetrable llevar ese nombre, el suelo es polvo cuando seco y lama cuando hay lluvia.





Ligeramente toda la escena fue cubierta por el polvo que la camioneta levantaba a medida que iba tomando su rumbo, al hacer la primera curva todo era, otra vez, impenetrable.


Los animales, perros, gatos, conejos, gallinas y cerdos dividen el espacio con las personas aumentando la transmisibilidad de enfermedades parasitarias e infecciosas.

Pájaros en la cabeza y volar
A donde las ventanas siempre están abiertas
 Donde el humo de tus pasos nos enseñan a vivir.
 Pájaros en la cabeza y soñar
 que aun contare relámpagos contigo
aunque el tiempo y la arena escondan el camino.












Un agente sanitario, un enfermero y un médico. ¿Medico?

¡Elegimos la vida!



Por demás decir, el ofrecimiento de dar una mano. Médicamente no hubo nada para hacer, o se hizo médicamente lo necesario. Estetoscopio, tensiómetro y termómetro guardados. Manos, ojos, sonrisas y voz afuera.


Sus 7 hijos vivían juntos en la misma casilla de  3 piezas.

Los que estaban en nación no llegaban más. Cuyul llamaba y llamaba buscando solución. Llegaron tarde, pero llegaron. Habían cumplido una misión importante. Estar donde se debe estar, cuando se debe, con las herramientas que se necesitan. Llegaron envueltos en una indignidad que no cura lo indigno, no lo toca, ni lo modifica, solamente mantiene distante lo que realmente hay que hacer. Jugarse la vida.
                                                                        






Ese día quedará marcado en mi memoria hasta el fin de mi vida como el día en que conocí mi importancia y la posibilidad que tengo de cambiar las cosas.




Todos estaban desatentos cuando hicimos una curva y fuimos sorprendidos por una casita hecha de barro en el medio del nada.


Llegamos al puesto sanitario B que había en el Paraje, era una casita chica con dos ventanas, una puerta, la electricidad era  a base de energía solar y las dos piezas eran utilizados para atención a los pacientes, depósito de medicación y organización de las vacunas.

Al otro día nos levantamos ¿tarde?, sabíamos que había talleres todo el día así que podíamos dormir hasta la hora del nuestro. Para nada fue así, nos levantamos a una hora no tan tarde (aunque si más de lo que veníamos) y nos fuimos a escuchar los talleres.

Gaby comienza mostrando genitales y explicando las partes. Los chicos de valdocco saben y se suman, los wichi expectantes. Pedro con su intensidad característica trato de arrancar una respuesta. Alguna palabra que los deje fuera de la pasividad. ¿Cómo le dicen a los genitales? Los enfermeros reían, Andrés lo dice en mapuche. Tarda un rato y se dice en wichi, pero muy por lo bajo y aclarando que ellos no las dicen, tal y como podía esperarse cualquiera que haya leído sobre ellos.

Hablábamos de medicina. De prevención, de periodo pre patogénico y eliminación de conductas de riesgo



…pero en algunos segundos los ojos se acostumbraran a la obscuridad y luego pude ver la mujer que estaba acostada en la cama


Yo y Cintia agarramos una mesa y cuatro cillas las pusimos debajo de un árbol y empezamos a trabajar atendiendo A los pacientes que llegaban por el medio de los árboles, por las carreteras y senderos de la floresta.



El final, la mejor parte, el verdadero taller, la
auténtica participación, todos volcando en
actos  lo que habíamos hablado.


El documental dejaba para siempre clavada en la retina de todos las imágenes y en el corazón las palabras, de la leyenda del cuyul. Nuestro guía, nuestro jefe, nuestro líder lloraba de emoción



Lejos, el sonido de la camioneta marcaba la hora de ir. Muchos abrazos y muchos sentimientos marcaron la despedida, es increíble la capacidad de que un día tiene para cambiar toda la vida de una o muchas personas.

“¿Tiene corazón este camino? Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte; el otro te debilita.”

Lluvia mucho cuando Andrés llamo a todos para hacer un gran circulo con las casi 70 personas, que participaron de las actividades incluyendo nosotros, para que cada uno hablase sobre o LO que pensaba de los días que pasaron y de las experiencias vividas. Fue un momento de gran emoción y lágrimas.

Por fin juntamos a todos en el lado de fuera para hacer una linda foto marcando así por toda la eternidad el vínculo que criamos en esos días de emoción y que en ese día estaba apenas empezando.

Por la noche había un clima de paz y fiesta, todos estaban relajados y felices por el trabajo hecho y todas LAS experiencias adquiridas y vividas.

…terminamos yendo a la casa. Estaba increíble el lugar, era una casa de retiros de estilo colonial, con galería todo alrededor, un jardín enorme, lástima que el clima venia de lluvia y no lo pudimos usar. Al entrar mati exclama que nunca había estado en tantos lugares religioso.

Que se podía decir. Piezas individuales, duchas, asado, showman. Todo preparado para que nosotros tengamos una noche de festejo por las tareas realizadas.

A sobko se lo tuvieron que arrastrar sus muchachos, porque si fuera por él se quedaba hasta resolver la paz mundial
Los últimos fuimos Andrés, rafa, checho, mati y yo. Nos acostamos de madrugada como para hacer honras a la joda que se había “pinchado”.

En la terminal de resistencia hicimos un quilombo digno de nosotros. Mucho chipa, cuyul festejando que le regalaron el Coleman. Un perro, muchas fotos, Pablo con su renguera, su bastón y su hijo (el tronco de sobko). Rafa que estaba en cuarto menguante.

Los avatares de la noche trajeron calma absoluta a un micro lleno de vitalidad, en los miles de sueños se desarrollaba un motor, una magia capaz de cambiar una pizca de este mundo desierto.
Al amanecer del otro día fue con olor a cambio, olor a final… quietos, esperando, recibiendo saludos, tironeando algo que inevitablemente se escapa. Prolongando, como casi siempre, la transición.
Inercia se llama en física a la predisposición que tienen los cuerpos a permanecer en el mismo estado cinético. Es lo que hace que cueste más fuerza moverlos y que una vez moviéndose lo hagan con menor fuerza que la inicial. Ojala esta fuerza inicial nos llene de inercia para ir tomando nuevas fuerzas que nos mantengan en movimiento y permitan poner nuestro punto de color en el gran cuadro de la política.

    
Seguí viviendo mi vida, pero ahora de una forma distinta, de una forma nueva, ahora pudo ver que soy capaz de cambiar las cosas y que mi esfuerzo junto al esfuerzo de los otros es esencial para que el mundo, así como el impenetrable, sea otro, sea uno donde las personas tengan derecho a una salud pública y de calidad, que todos tengan acceso a educación, trabajo, morada digna, alimentación, cultura y paz. Solo así, solo destruyendo la desigualdad social que vamos construir un mundo nuevo y digno